ESTADOS UNIDOS Y LEY DE INMIGRACIÓN ARIZONA
¿Qué tal? ¿Cómo le va a usted? ¿Bien? ¿Vos cómo andás? Bueno, me alegro. Ojalá que todo ande bien ¡Lo mejor posible, por lo menos! La expresión “todo bien” nunca me interesó demasiado, pero “lo mejor posible” dentro todo, dentro de las dificultades que siempre pueden existir.
Nos vamos a Estados Unidos, nos vamos a Arizona. Un Estado que está entre Texas y California. Un Estado que tiene como una vertiente hippie y una vertiente cowboy. Una vertiente muy conservadora y una vertiente que tiene “flower power”, el pode de la flores. En ese Estado, la gobernadora, republicana ella, Jean Breward, ante el asesinato de un granjero, lo cual no es nada simpático, ni divertido, ni bueno, ni lindo ni nada, no se le ocurre mejor cosa que decir que para evitar el avance del narcotráfico, que es mexicano, y que no tiene nada que ver con Estados unidos,(lo dice ella, yo no).
No hay narcotráfico mexicano son la contrapartida del consumo y de las redes de consumo de Estados Unidos. Y de la red de consumo mafioso de los Estados Unidos. Pero a la gobernadora no le importa y crea una Ley de Control de Inmigración, una ley de control del migrante. Uno podría decir: “Bueno, está bien, todo Estado tiene derecho a controlar la inmigración.” Pero si usted recuerda cualquier serie norteamericana, siempre se dice: “Yo le voy a decir cuáles son sus derechos, usted tiene derecho a no decir nada en su contra, usted tiene derecho a tener un abogado, usted tiene derecho a permanecer sin hablar, solamente puede hablar delante de un juez o delante de alguien que lo represente,” etcétera, etcétera, etcétera. Esto forma parte como de la esencia de historia de los Estados Unidos de Norteamérica. Bueno, esta mujer les permite mediante esta ley a sus fuerzas de seguridad, tanto las que se llaman de condado, esto es de municipio, como a las de gobernación, lo que allá se llama Estado, Arizona, que puedan detener a alguien sencillamente porque los rostros, porque las caras tengan algo que ver con lo latino. Con eso sólo yo puedo detener a una persona, esté en actitud sospechosa o no. Si está en actitud sospechosa, más todavía ¡No le digo si está tirando una piedra! No le digo si está escribiendo una pared. Bueno, olvídelo, ya está adentro, ya está adentro.
La repulsa que ha logrado esta mujer ha venido del propio presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, hasta el secretario de la OEA, la Organización de Estados Americanos, Insulza, chileno, pasando por el presidente de México, el presidente de Guatemala, de Honduras, de El Salvador, de Nicaragua, de Costa Rica, que están indignados, absolutamente indignados. Dicen: “¿De qué se trata esto? ¿Contra quién es la ley? Contra los pobres, contra los que son la mano de obra barata de ustedes, contra los que dicen que no los necesitan pero después los necesitan para las tareas más duras”, como siempre fue la migración en todo el mundo. ¿O a qué vinieron nuestros abuelos sino a hacer las tareas más duras más infames, peor pagas y menos calificadas, no más calificadas? La gran mayoría de ellos. Y a pesar de todo pudieron, muchísimos, salir adelante.
Jean Breward además hace esto en un año electoral. Jean Breward además hace esto poniéndole un palo en la rueda al presidente Obama diciéndole: “¿Ve? Esto pasa porque usted no saca una ley federal de migraciones, la culpa la tiene usted. Yo me tengo que defender y defender a mi población.” Hay gente que hace las cosas, pero por sobre todo, sobreactúa. Sobreactúa. Gana tiempo, gana lugar, gana espacio y además ajusta hacia abajo, nivela hacia abajo. Se la toma contra quienes realmente no se pueden defender. Bien Breward. Realmente una ídola.