MÉJICO, CARTEL DE LAS DROGAS
¿Qué tal? ¿Cómo está usted? ¿Bien? Bueno, me alegro mucho ¿Vos cómo andás? Ya sé. El loco que complica la vida siempre con temas extraños. Y bueno. Alguien tiene que venir con un tema extraño. El tema de hoy además de extraño es triste. Es muy triste. Resulta que el presidente de Méjico no tuvo mejor idea al tomar el mando, al asumir el cargo, de militarizar la actuación del Estado Mejicano contra los carteles de la droga. Las drogas. Ilícitas. Las drogas ilícitas. La militarización sirvió para poco y nada, por no decir para nada, y la guerra de los carteles tiene cifras feroces, brutales. Los últimos descubrimientos fueron una fosa común de 55 personas y otra fosa común de 77 personas. Más el asesinato en otras ciudades de otras 6 personas. Eso es en un día, pero se puede seguir sumando. Y la guerra es entre los carteles, y los carteles lo único que quieren es quedarse con la porción más importante del mercado. No tienen ningún dios, salvo el dinero. Ningún otro santo más que el poder y quién tiene más cuota de poder entre ellos. Sin embargo hay algunas preguntas para hacerse.
Estados Unidos, que ha tenido la actitud vergonzante y vergonzosa de hacer uno de los muros más grandes del mundo para separas la frontera de Méjico de la frontera de los Estados Unidos de Norteamérica, que dice que su muro electrónico, que lo acompaña al muro real, al muro físico, es capaz de detectar la presencia de un conejo, de una liebre, sin embargo sabe cuántas personas mejicanas o de otras nacionalidades cruzan la frontera aunque sea para conseguir un trabajo de lo que sea, pero no sabe cuántas armas pasan de Estados Unidos a Méjico, que son las que alimentan los carteles, ni sabe cuándo entra ni por dónde entra la droga que consumé él, los Estados Unidos de Norteamérica. Extraña cantidad de dudas, extraña cantidad de preguntas, que no tienen una contestación sólida.
Más allá del nombre de los carteles, si Ciudad Juárez, si Chihuaha, lo importante es tener en claro que al narcotráfico hay que atacarlo por abajo pero sobre todo por arriba “¿De dónde sacó usted esta plata? ¿Por qué tiene estos bienes? ¿Cómo los consiguió? ¿Por dónde pasan la vías del dinero? ¿Cómo se consiguen esas armas?” etcétera. El combate casa por casa y calle por calle, yo le digo y le advierto, con conocimiento de amar la historia y punto, sobre todo la historia contemporánea, las guerras casa por casa son las guerras más feroces, más terribles que usted pueda imaginar. Yo le diría que lo mejor que hay que hacer es evitarla y ahogar a la hidra en donde más le duele, su maldito bolsillo.
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